Estados Unidos atacó y destruyó este sábado 21 de junio “total y completamente" las instalaciones nucleares de Irán, aseguró el presidente Donald Trump.
El magnate republicano había optado inicialmente por la vía diplomática, con varias rondas de negociaciones entre Washington y Teherán para intentar alcanzar un nuevo acuerdo sobre el programa nuclear iraní, reseñó la agencia de noticias AFP.
Sin embargo, en los últimos días había dado señales contradictorias, sopesando una posible intervención de su país en la guerra que emprendió su cercano aliado Israel contra Irán, al tiempo que planteaba la posibilidad de volver a las conversaciones.
Esto es lo que se sabe de la ofensiva estadounidense:
- Los objetivos atacados: Según Trump, varios aviones atacaron tres de las principales instalaciones nucleares iraníes: Isfahán, Natanz y Fordo, sobre la que se lanzó una «carga completa de bombas».
Construida en violación de las resoluciones de Naciones Unidas, la central subterránea de Fordo fue presentada por Teherán como una planta de enriquecimiento de uranio de alto grado con capacidad para albergar unas 3.000 centrifugadoras de ese elemento radiactivo.
La planta de Natanz cuenta con dos edificios, uno subterráneo y otro superficial, con un total de cerca de 70 cascadas centrifugadoras.
La instalación de Isfahán (centro) es una planta de conversión. Permite producir los gases necesarios para el enriquecimiento.
Trump anunció que EE. UU. atacó Irán y bombardeó tres instalaciones nucleares
- Las armas: Trump no dio detalles sobre las armas o la munición utilizadas para atacar el programa iraní. Pero dada la configuración subterránea de Fordo, es probable que se lanzaran bombas antibúnker del tipo GBU-57.
Según el ejército estadounidense, estas ojivas de 13 toneladas pueden penetrar hasta 60 metros de profundidad antes de explotar. Se diferencian en eso de la mayoría de los misiles u otras bombas, que detonan al impactar.
- Las aeronaves: Los únicos aparatos capaces de transportar GBU-57 (dos por avión) son los bombarderos furtivos estadounidenses B-2 Spirit.
Antes del ataque, sitios web de seguimiento de vuelos y el diario The New York Times informaron de que varios de estos aviones habían despegado de Estados Unidos en dirección oeste.
Los B-2 Spirit pueden volar 9.600 kilómetros sin repostar combustible y están diseñados para “penetrar las defensas más sofisticadas del enemigo y amenazar sus objetivos más importantes y mejor defendidos", según el ejército estadounidense.
¿Y ahora qué?
Irán debe “ahora aceptar poner fin a esta guerra", afirmó Trump en redes sociales tras los ataques. “¡Ahora es el momento de la paz!".
Afirmó en un discurso a la nación que todas las instalaciones de enriquecimiento nuclear de Irán habían sido destruidas “completamente".
“Recuerden que aún quedan muchos objetivos, el de esta noche era, con mucho, el más difícil de todos", añadió. “Si la paz no llega pronto, perseguiremos esos otros objetivos con precisión, rapidez y habilidad".
Sin embargo, estos ataques estadounidenses no detendrán las actividades nucleares de Teherán, respondió la agencia atómica iraní, que los calificó de “bárbaros".
Con información de AFP.