Hace apenas tres días Juan Guaidó y la delegación que lo representó durante 128 días en la mesa de negociación promovida por Noruega, dieron por finalizado el proceso ante la ausencia durante 40 días de los representantes del chavismo.
El proceso se había mantenido bajo la discreción que exigieron los mediadores para obtener resultados. Sin embargo, ante el rompimiento de la mesa de discusión trascendió que en la quinta ronda de discusiones (31 de julio al 2 de agosto) la oposición se tranzó en que el tema era electoral. Luego de ese encuentro, la delegación de Nicolás Maduro decidió pararse con el argumento de las sanciones impuestas por Estados Unidos el 5 de agosto.
“Nosotros nos trancamos en que el tema era electoral, y después de eso ellos (chavismo) se pararon. Ellos querían cualquier cosa menos disputarse el poder en una elección verdadera. No ofrecieron nada y lo único que pedían era el levantamiento de las sanciones y que limitáramos nuestras peticiones”, precisó a El Pitazo un informante cercano a la representación opositora y a las discusiones.
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Noruega, como parte mediadora del proceso, siempre expresó, a través de los comunicados emitidos por el Ministerio de Relaciones Exteriores y la ministra Ine Eriksen Søreide, que deseaban una solución acordada y constitucional enfocada en el bienestar del pueblo venezolano. Tras la suspensión total del proceso de negociación no ha habido un pronunciamiento, salvo el de Dag Halvor Nylander, el facilitador del proceso.
Juan Guaidó y su gestión hicieron públicos los ofrecimientos que hicieron en la mesa de discusión: separación de Maduro del cargo y separación de Juan Guaidó de la presidencia encargada; que el Gobierno de transición lo asumiera un Consejo de Gobierno con la participación de la Fuerza Armada; y convocar a elecciones presidenciales libres en nueve meses con observación internacional y nuevos poderes públicos conformados.
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