La Guaira. Entre los siglos XVII y XVIII, La Guaira fue una ciudad amurallada, quizás como Cartagena de Indias. Una ciudad con un sistema de protección que incluía la muralla, las bóvedas, túneles y fortines que significaban un férreo sistema de defensa para proteger a Caracas y a la Real Compañía Guipuzcoana del ataque de corsarios y piratas.
La memoria oral de los guaireños siempre ha repetido que con la ampliación del puerto de La Guaira, ejecutada por Guzmán Blanco, buena parte del baluarte de la plataforma de las bóvedas y murallas fue enterrado y derribado. Y muy poco se hablaba de ellos, por lo menos hasta hace pocas semanas cuando, gracias a la insistencia del antropólogo Abilio de Oliveira, director de la Oficina Municipal de Patrimonio de Vargas, la maquinaria que ejecutaba las obras de construcción de la plaza Francisco de Miranda en la avenida Soublette dio con los vestigios de la muralla y ahora de las bóvedas que terminaron de construirse en 1778.
«Estamos frente a un hecho inédito y de gran significación histórica. Hablamos de las bóvedas que se convirtieron en el lugar de encierro de quienes eran desterrados desde el puerto guaireño. En ellas estuvieron Francisco de Miranda tras su capitulación; José María España y su esposa Joaquina Sánchez; José María Vargas, Carlos Soublette, Luisa Cáceres de Arismendi y su esposo Juan Bautista Arismendi; Juan Germán Roscio y el Padre Madariaga. Este es un espacio patrimonial e histórico de gran valor para todo el país», aseguró De Oliveira.

Inicio de investigación
Desde este miércoles, 22 de junio, en trabajos conjuntos entre el Instituto de Patrimonio Cultural de Venezuela (IPC) y el gobierno regional del litoral central, se inició un proceso de investigación arqueológica, técnica e histórica. Esto con el fin de descubrir los restos de las estructuras halladas y finalmente hacer una musealización de las bóvedas de la ciudad amurallada de La Guaira.
«Estamos creando una comisión especial con personal capacitado para darle continuidad al descubrimiento del baluarte bajo los lineamientos del Instituto Nacional de Patrimonio, con el objetivo de resguardar la estructura de trascendencia histórica. El espacio será custodiado durante la realización de los trabajos y participarán historiadores, arquitectos, antropólogos y cronistas comunitarios», explicó el gobernador José Alejandro Terán.

Por su parte, la antropóloga Dinora Cruz, presidenta del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural, acotó que darán inicio a «un proceso de reconstrucción de la historia y de arqueología profunda, pues parte de la ciudad de La Guaira del siglo XVII, está allí. Este es, sin duda, uno de los hallazgos arqueológicos más importantes de los últimos 25 años».
El IPC comenzó la marcación de poligonales para declarar la zona de protección e iniciar la excavación mediante un cronograma de intervención durante los próximos tres meses. “Seremos un libro de arqueología abierto para Venezuela y el mundo, garantizamos todas las medidas necesarias para hacer un trabajo de lujo», acotó Cruz.