Caracas.- Una inversión de 15.540 millones de dólares durante los próximos 15 años es lo que se requiere para adecuar el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) de Venezuela a la demanda actual y futura.
Así lo estimó el ingeniero civil y miembro de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat Eduardo Páez-Pumar durante la conferencia Presente y futuro de la generación hidroeléctrica en Venezuela, que dictó en el marco del V Día de Hidráulica UCAB.
El experto indicó que la inversión, que debe hacerse entre el 2025 y 2040, debe estar destinada a proyectos de construcción, rehabilitación o culminación de obras que podrían aumentar la generación eléctrica en 11.942 megavatios. Además hizo énfasis en la necesidad de recuperar las centrales y la construcción de nuevas líneas de transmisión para distribuir electricidad a todo el territorio nacional.
“Venezuela cuenta con la infraestructura necesaria para suplir toda la demanda de electricidad, pero es necesario enfrentar el déficit de oferta debido al deterioro que existe en las centrales hidro y termoeléctricas del país", afirmó.
El ingeniero señaló que cubrir este déficit no es tarea fácil, pues las compañías de servicio eléctrico son legalmente dependientes del Estado y las normativas actuales no permiten la intervención del sector privado en el área.
«Aun cuando existe esa normativa, la Cámara Venezolana de Construcción le ha planteado a Corpoelec la posibilidad de que empresas privadas participen en la rehabilitación de algunas plantas termoeléctricas en el país», comentó.
Crisis en la producción de termoeléctricas
El académico descartó la posibilidad de un colapso total del sistema eléctrico e indicó que la falla del servicio ocurre, en gran parte, por las deficiencias en la disponibilidad de las termoeléctricas del país.
Precisó que para 2013, año con la última data oficial disponible, el Sistema Eléctrico Nacional incluía 4.724 unidades de generación, entre plantas térmicas, hidráulicas, parques eólicos, sistemas fotovoltaicos y sistemas híbridos, infraestructura capaz de producir, en teoría, 30.292 megavatios de electricidad.
Una década después, en 2023, la capacidad instalada nacional llegó a 34.314 megavatios, 40 % proveniente de hidroeléctricas y 51 % de termoeléctricas. Sin embargo, durante ese año las fuentes hidroeléctricas proveyeron 77 % de la electricidad del país y solo 23 % fue generada desde las plantas termoeléctricas.
«Para 2023 hubo una demanda de 14.150 Mw, pero una disponibilidad de 13.130 Mw. Al tener baja disponibilidad y muy pocas plantas operativas, no hay suficiente generación para suplir la demanda», explicó.
«Esto es parte del problema que tenemos porque estamos dependiendo de la energía que viene del bajo Caroní, donde hay bastante generación hidroeléctrica, pero hay restricciones en el sistema de transmisión al resto del país. Además, la generación térmica que completaba al sistema interconectado nacional está en baja disponibilidad y eso agrava la situación», señaló.
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