Caracas.- Más de 1.300 bachilleres han egresado de las aulas de la Fundación Mano Amiga, una red de colegios que desde hace 30 años cuenta con 2 sedes en Venezuela, una en Filas de Mariches, municipio Sucre y, la otra, en Turgua, municipio El Hatillo, estado Miranda. En estas instituciones se educa y forma de manera integral a niños, niñas y adolescentes de escasos recursos para que sean líderes del futuro.
Los beneficiarios residen en zonas aledañas a las instituciones y reciben educación desde preescolar y primaria hasta ciclo diversificado. La fundación tiene el objetivo de desarrollar las potencialidades intelectuales, sociales, emocionales, espirituales y psicológicas de la comunidad estudiantil.
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El proyecto educativo busca que niños y jóvenes sean autosuficientes y líderes en su entorno inmediato, familiar, académico y, posteriormente, en lo laboral, así lo explicó la profesora y directora de la Fundación Mano Amiga en Mariches, Taís Páez.
“El propósito de la labor diaria es convertir al alumnado en líderes capaces de insertarse en la sociedad de manera responsable para promover cambios profundos que permitan mejorar la calidad de vida de su entorno y del país", puntualizó.

El padre Juan Ramón de Andrés, quien trabaja con la fundación hace 11 años, cuando llegó a Venezuela, explicó que adicional a la formación humana, también lo es a nivel espiritual, fundamental en una sociedad.
“La puerta base es la formación apostólica porque no basta con que los niños reciban todo. Ellos están llamados a transmitir todos esos conocimientos, ser apóstoles y, por lo tanto, ser líderes que no solo reciben, sino que transmiten a los demás", precisó.
En este momento, el colegio Mano Amiga de Mariches alcanza una matrícula de 900 alumnos; mientras que la sede en Turgua tiene 300.
De la cantidad de egresados en 30 años, alrededor de 700 son profesionales desplegados por el mundo. “Todos ellos, talentosos y exitosos profesionales, son una representación del gran grupo de seres humanos que se ha formado en el colegio Mano Amiga", apuntó Taís Páez.
Prepararse para la vida
El centro de formación integral se enfoca en enseñar, para desarrollar todas las facultades intelectuales del estudiante, de tal manera que sepa usarlas en cualquier situación de la vida. También tiene como objetivo educar para perfeccionar las facultades psicosomáticas, con especial referencia a la sensibilidad artística, la imaginación creadora, la afectividad y el temperamento.
Otro de los focos es evangelizar, para lograr el equilibrio y la madurez de la personalidad, la empatía y la comprensión al prójimo, la orientación religiosa a Dios y el uso responsable de la libertad.
El personal que hace vida en la institución enfatiza que es importante la formación de valores humanos y cristianos, en la búsqueda de la excelencia académica.
“Queremos que el alumno aspire a una continua superación personal, que sea responsable, honesto y sincero. Además, solidario y constructivo, que aprenda a hacer uso responsable de la libertad y actuar siempre con equilibrio y serenidad", explicó Taís Páez
La fundación también ofrece charlas de formación para padres y representantes sobre diversos temas de interés, con el fin de que tengan las herramientas y mecanismos de orientación hacia sus hijos. Cuentan con una Escuela para Padres y Catequesis Familiar, cuyas reuniones se realizan dos veces al mes.
Una donación es importante
La Fundación Mano Amiga realiza una jornada de ropa mensual para que los alumnos y familiares tengan la oportunidad de comprar vestuario usado o nuevo a bajos costos. Es donado al colegio y ofrecido de esta manera para ayudar a la comunidad.
“Todo lo que se regala no es bueno, tratamos de que hagan un esfuerzo para obtenerlo", expresó la profesora Páez. Además, resaltó que reciben colaboraciones y donaciones de personas naturales y empresas privadas, así como instituciones educativas: la Universidad Metropolitana (Unimet), la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y la Universidad Santa María (USM).
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También cuentan con el Plan Padrino, el cual consiste en pagar una beca de 360 dólares al año, equivalente a un dólar diario. Además, realizan bazares, cenas y otros eventos sociales con el fin de recaudar los ingresos necesarios para el funcionamiento de la institución.
El padre Juan Ramón de Andrés precisó que reciben colaboraciones de juguetes, comida, ropa usada o nueva de personas o instituciones cuyos insumos son vendidos para mantener la entrada de dinero a la fundación, que se destina a los gastos ordinarios y extraordinarios.