Entre llantos, alegrías, fe y un sentimiento inexplicable, los devotos del Nazareno de San Pablo acudieron desde la madrugada de este miércoles, 5 de abril, a la Basílica de Santa Teresa, en el centro de Caracas, como muestra de agradecimiento por los favores concedidos y para realizar nuevas peticiones.
Devotos del Nazareno agradecen favores concedidos en la Basílica Santa Teresa
Marien Chávez, caraqueña de 39 años de edad y madre de un niño de nueve meses, es una de esas personas que este Miércoles Santo visitó el templo con su bebé cargado y con una palma bendita en mano para venerar la imagen del Nazareno y agradecerle por salvar la vida de su hijo que se encontraba en delicado estado de salud y con pocas esperanzas de mejorar.
Con lágrimas corriendo por su rostro comentó que anteriormente no creía en las tradiciones de Semana Santa. Tampoco visitaba las iglesias para agradecer por la vida, pero lo que considera un milagro la hizo cambiar sus pensamientos y transformó su poca creencia en una fe que la hace sentir en paz y llena de fuerzas para seguir luchando para que su bebé siempre tenga buena salud.

«Mi hijo duró 19 días hospitalizado por una infección y yo no veía recuperación, los doctores solo me decían que estaba peor. Después que me aferré tanto al Nazareno me hizo el milagro y mi bebé salió con vida del hospital», expresó Marien Chávez.
La misma fe y el sentimiento de agradecimiento vive en el corazón de la señora Josefina Aponte. Tiene 78 años de edad y desde que recuerda acude cada año a la Basílica Santa Teresa para agradecer al Nazareno de San Pablo. Su devoción creció cuando su hijo logró salvarse de un accidente que le ocasionó la pérdida de un ojo.
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«En una carretera nos lanzaron una botella y las partículas de vidrio entraron en el ojo de mi hijo. Le hicieron dos operaciones y lo quisieron volver a intervenir quirúrgicamente, pero yo preferí que no lo hicieran porque se podía complicar y hoy día está sano, aunque no tiene visión», relató Josefina Aponte.
Este accidente ocurrió cuando su hijo tenía ocho años de edad y ahora tiene 42 años, pero el agradecimiento de su madre por tenerlo con vida se mantiene con el pasar de las décadas. Sin importar el lugar donde se encuentre hace lo imposible por llegar a la Basílica Santa Teresa y sentir la paz que invade su cuerpo en este lugar sagrado.
Miles de personas e historias de fe
Son miles de devotos los que este Miércoles Santo visitaron la Basílica Santa Teresa, y junto a ellos miles de historias y agradecimientos. Sin importar el sol y las largas colas para ingresar al templo, esperaron a las afueras mientras les permitían entrar y participar en alguna de las 12 misas que se celebraron a lo largo del día.

De rodillas, con muletas, descalzos, con túnicas moradas, rosarios, palmas benditas e imágenes del Nazareno en mano, los feligreses ingresaban a esta sagrada y amplia edificación que congregaba alrededor de 1.200 personas por cada misa. En este lugar se encuentra la imagen de Jesucristo vestido de morado y con la cruz en el hombro, símbolo que imitan muchos de los que pagan promesa.
Con dificultad para caminar, con deformidad en una mano y en su pierna, el señor Jesús Mendoza con una cruz de madera en su hombro mostraba su afecto por la imagen del Nazareno. Persignándose agradece por su vida, a pesar de las pocas esperanzas que tenía tras recibir varios impactos de bala hace 20 años.
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Comentó que no recibió intervenciones quirúrgicas porque sufría de epilepsia. Sin embargo, expresó que gracias a un milagro de Jesucristo no falleció y, por ello, agradece cada año por el favor concedido. Además, pide seguir gozando de salud para continuar siendo independiente y realizar sus labores para conseguir el alimento de cada día.

Renovar la fe
El joven de 30 años Dani Mejías es una persona con discapacidad que se encuentra en silla de ruedas. A pesar de su condición, agradece estar sano y con vida. Indicó que las limitaciones viven en la mente y que depende de cada persona cómo observa la vida y se enfrenta a sus obstáculos.
Desde su infancia hasta la actualidad ha sido intervenido quirúrgicamente 14 veces, procedimientos de los que ha logrado salir en buena condición. Por ello, acude cada año a cumplir con su promesa al Nazareno y a renovar su fe, así como para entregar ofrendas y pedir por la salud de él y toda su familia, a quien agradeció por el apoyo recibido en medio de todas sus enfermedades.

La Basílica Santa Teresa es un lugar sagrado para los miles de feligreses que aquí se reúnen envueltos de sentimientos y llenos de agradecimiento. Las horas pasan sin darse cuenta y así, durante el día rezaron y fueron parte de las tradiciones que acompañan al venezolano en Semana Santa.

