Caracas.- La reciente escalada del conflicto entre Irán e Israel, y la posibilidad de un cierre en el estrecho de Ormuz, por donde pasa 20 % del petróleo mundial, plantea a potencias económicas mundiales como China la necesidad de buscar otros mercados en los cuales pueda garantizar su suministro de petróleo, y, en ese escenario, Venezuela juega un papel importante ante la posibilidad de comercializar por vías diferentes a las del golfo Pérsico.
Aunque el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció un alto al fuego entre Irán e Israel, y el fin de la guerra entre ambas naciones en las próximas 24 horas, se mantiene latente la posibilidad de que en el futuro se desate una nueva crisis en la región, especialmente después de las declaraciones del ministro de Exteriores iraní, quien horas después del anuncio del mandatario estadounidense desmintió el acuerdo y dijo que estaban dispuestos a frenar su respuesta si antes de las 4:00 am, hora de Teherán, Israel cesaba los ataques.
En un contexto de inestabilidad geopolítica en el Medio Oriente con Irán como protagonista, China debe «tomar una posición más activa» y buscar mercados alternativos, considera Oswaldo Felizzola, coordinador del Centro Internacional de Energía y Ambiente del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA).
«China va a tener que reconsiderar ahora sus temas geoestratégicos porque no puede depender tanto de la región del Medio Oriente, ya que, imagino que sí, eso es un tema ahora en el Partido Comunista Chino, se están dando cuenta de un tema de fragilidad política con la cual a China nunca le ha gustado estar«, dijo el experto en conversación con El Pitazo.
Una oportunidad para Venezuela
A juicio de Felizzola, esta necesidad de China es una muy buena oportunidad para Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y el sector petrolero venezolano pueda llegar a un acuerdo con el país asiático para el pago de la deuda que Venezuela tiene con ellos, y, además, generar las inversiones que permitan al país aumentar la producción «hasta por lo menos llegar a los 3,5 millones de barriles que teníamos en el 2009-2010«.
Elevar la producción petrolera venezolana a esos niveles podría tardar entre cinco y seis años, pero en los primeros tres años es posible alcanzar 1,5 o 2 millones de barriles diarios, analiza el experto.
Para el especialista, esta situación invita a Pdvsa y al Ministerio de Petróleo a replantearse la posición de la estatal y el enfoque del negocio, pues considera que esta empresa en los últimos años se alejó de su visión, enfocada en producir petróleo.
«Nosotros creemos que la entrada de capital privado es importantísima para Pdvsa para poder reactivarla, porque estos nuevos entrantes no tendrían bajo ningún concepto sanciones con los Estados Unidos, ya que son agentes completamente distintos, y así recuperar tanto el sector petrolero venezolano como la economía venezolana», dijo.
Detalló que con las condiciones actuales, el petróleo venezolano se vende con descuento en mercados no tradicionales para Venezuela por dos razones: el tipo de crudo, diferente al que requieren las refinerías de países como China e India, que deben diluirlo con otro tipo de petróleo, y por las dificultades de pago ante las medidas económicas contra el país.
«Mientras un barril de petróleo normalmente lo podríamos vender entre 50 y 60 dólares, 55 que fue el precio de la semana antepasada, la situación que se presentaba hace más o menos un mes es que hay que venderlos a tasas de hasta 30 dólares el barril, vendiéndose entre 35 y 40 dólares el barril. ¿Qué es lo que pasa en este contexto? Evidentemente, es una merma de capital importante para Venezuela«, apuntó.
Ante la posibilidad de que China decidiera invertir en Venezuela, la deuda del país con probablemente sería una prioridad en las negociaciones, considera el experto, sin embargo, cree, «se buscaría dejar un poquito de capital aquí en Venezuela». Además, representaría un beneficio para los sectores complementarios que se reactivarían.
«Nosotros, como economía, nos recuperaríamos de esa situación porque igual tendrían que contratar trabajadores venezolanos, empresas venezolanas, traer equipos a Venezuela. Una de las cosas bonitas de la industria petrolera es que la industria tiene mucho de lo que llaman descargas, o sea, la economía tiene muchísimas opciones de cómo monetizar», agregó.
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El riesgo de cierre del estrecho de Ormuz
Felizzola explicó que por el estrecho de Ormuz, que comparten Irán y Omán, pasa el 20 % del petróleo y alrededor del 70 % gas natural que se exporta desde los países árabes. Entre los principales afectados por un posible cierre destacan China, debido a que el 80 % de su consumo energético pasa por esta vía, así como India y Japón, tres de las primeras economías del mundo. «Sería un golpe abismal para todo el lejano Oriente y Asia menor», dijo.
Con respecto al precio del petróleo, que este lunes 23 de junio bajó al orden de los 70 dólares, «pareciera que el mercado no espera que se cierre el Estrecho de Ormuz o que se cierre solo la parte de Irán», dijo.
Recordó que en el pasado Venezuela se ha beneficiado de los conflictos en el Medio Oriente, porque podría aumentar la producción de crudo hasta los más altos niveles, pero en la actualidad, el beneficio se puede traducir en ventas sin descuento, es decir, a precio de mercado o, incluso por encima, «porque China tendría que comprar el crudo como está y donde está».
El experto también descarta un aumento de las ventas de petróleo ruso a China, pues, si bien el crudo de Rusia no pasa por el Golfo Pérsico, este país se encuentra actualmente en conflicto en Ucrania, por lo cual «sus salidas históricas, por ejemplo, por el Mar Negro, están comprometidas por el tema de la guerra, y las otras que tiene por el Mar del Norte, el Océano Ártico, son complicadas de producir, y el crudo ruso tiene esa complicación».
De cerrar el estrecho, China estaría obligada a comprar crudo venezolano, ante la imposibilidad de adquirir el petróleo iraní, y las tasas de descuento con las que comercializa Venezuela «prácticamente desaparecerían», por lo que podría vender a precio internacional o incluso por encima.