Caracas.- Este jueves 4 de agosto, Miguel Cabrera volvió a estar en tendencia porque asomó una posibilidad de retiro o de cambios importantes para 2023. Una lesión en la rodilla sería la razón.
El jugador venezolano en las grandes ligas viene batallando con una lesión en la rodilla derecha desde 2019. Después de tres años, parecía que la lesión había sido superada, pero comentarios del pelotero revelan que el daño volvió y le han impedido tener su mejor rendimiento.
«No me siento bien ahora mismo. Estoy tratando de hacer todo lo que pueda para salir y jugar, pero no me siento muy bien en este momento", destacó «Miggy» a un medio estadounidense.
Sin embargo, medios deportivos indican que Miguel Cabrera ha tenido un freno en su rendimiento con el bate desde mediados de julio. De batear sobre .300 en junio, bajó a .210 en el mes de julio. El criollo asegura que este rendimiento, en vez de ayudar al equipo, lo perjudica.
«No quiero lastimar al equipo», aseveró Miggy. «Yo amo esta ciudad. No quiero lastimar a esta ciudad", remarcó.
En sus declaraciones a la prensa, Cabrera afirmó que hablará con su agente y su familia antes de tomar una decisión sobre su estatus para 2023. Eso último revela que no existe claridad en la continuidad en esta temporada.
Jugar con dolor
Sobre este tema, la periodista deportiva Mari Montes recordó que Cabrera se sometió a una cirugía de rodilla en 2019 y que desde antes, en 2017, viene jugando con dolor. Esto no solo en la rodilla, sino en otras partes del cuerpo.
Montes aseguró en su cuenta en Twitter que Miguel Cabrera «ha jugado y juega con dolor (…) Es su pasión, su amor por el beisbol, la adrenalina que siente cuando sale al terreno, la alegría que significa estar en dugout animando a sus compañeros, lo que lo ha hecho sobreponerse al malestar».
La periodista agregó que mucho se ha especulado sobre el rendimiento de Cabrera. Pero, a su juicio, «está lesionado desde 4 hace años, que tiene 39 años, en su temporada número 20, y es lógico que no sea el mismo».
A sus 39 años, Cabrera sigue demostrando su gran clase con el madero, logrando un promedio de bateo de .308, el mejor entre sus compañeros de equipo y el noveno en la Liga Americana.