Cuando Danry Vásquez concretó el out 27 del quinto juego entre Tiburones de La Guaira y Cardenales de Lara, Denisse Pérez comenzó a llorar. Recordó a su papá fallecido y a las visitas que hacían al estadio Universitario de Caracas, junto a la samba de Macuto. Su afición por el equipo guaireño es su herencia.
Tras la misma atrapada, Víctor Julio Contreras abrazó a su esposa, hijos y nietos. Recordó la emoción que vivió a los 12 años, cuando La Guaira fue campeón en la temporada 1985-1986. Desde el Paseo La Marina de Catia La Mar celebró con cientos de paisanos que acudieron a ver el juego en pantalla gigante.

En un televisor de menos pulgadas, pero en ese mismo instante, Elías Homsy gritó y saltó con los amigos con quienes veía el juego en un apartamento en la parroquia Urimare. Toda la vida fanático de Tiburones de La Guaira y nunca había vívido las mieles del triunfo, hasta este 28 de enero.
A diferencia de Homsy, Álvaro Rodríguez vivió la mejor temporada de Tiburones de La Guaira en la década de los 80 del siglo pasado. Pero la noche de este domingo quedó afónico cuando veía nuevamente a su equipo lograr el campeonato tras 37 años, 11 meses y 26 días de espera, desde el estadio de Barquisimeto.
Pérez, Contreras, Homsy y Rodríguez no tienen relación entre ellos, pero los une un signo en común: son parte de la fanaticada más leal del beisbol venezolano, la que no dejó de bailar samba hasta en los peores reveses. La fanaticada de La Guaira, que ha recibido el triunfo del equipo escualo en la temporada 2023-2024 como el mayor premio a la constancia.
Aunque los 4 no se conocen, vistieron este lunes sus camisetas para salir en la caravana del triunfo, que paralizó a todo el estado Vargas, la noche del lunes 29 de enero.

«Más allá de un fanatismo, el triunfo de La Guaira es un sentir regional. Ansiábamos ese título. Necesitábamos este triunfo. Tiburones, más que un equipo, es un sentimiento. Somos la fanaticada alegre que jamás se rindió», advierte Contreras, mientras recrea mentalmente al Víctor Julio preadolescente que, junto a su tía, acudía al estadio con una pancarta de casi tres metros a aupar a la novena guaireña.
Claves | ¿Qué pasó en Venezuela y el mundo la última vez que Tiburones se tituló?
Celebrando la lealtad
Desde el mediodía del lunes 29, fanáticos de Tiburones de La Guaira comenzaron a concentrarse en la avenida José María España en Caraballeda. Ese fue el punto de salida anunciado por las autoridades regionales.
Una de esas almas era Denisse Pérez. «Yo esperé demasiado este momento para perderme de algún detalle. Me voy a disfrutar este triunfo. Ya soportamos suficiente chalequeo de otros fanáticos. Este sí fue el año», dijo con entusiasmo la mujer.

En el lugar se respiraba pura energía y color. Sobraba entusiasmo y muchas sonrisas. «Estábamos aguantados. Lo que sentimos los fanáticos de Tiburones de La Guaira es indescriptible», agregó Pérez.
Y si indescriptible es el sentimiento de los guairistas, sin precedentes resultó la caravana, que partió de Caraballeda a las 7:00 p.m. y llegó a Catia La Mar pocos minutos antes de medianoche. La fanaticada incólume acompañó a su equipo. Vargas se detuvo. La Guaira se paralizó. Solo hubo espacio para la celebración.
«Es un mar de emociones. Mi viejo tenía autobuses y se encargaba de llevar a la samba de Macuto al estadio. Yo era una niña cuando ganaron en 1986, pero no olvido la euforia. Hoy es el triple de felicidad. Es el premio a nuestro apoyo y lealtad», apuntó Pérez, mientras al fondo se escuchaba la narración de Atilano Hidalgo Peña, esta vez con el tono quebrado de la emoción, pues, además de ser la voz oficial del equipo escualo es un ferviente fanático.
En unidades dispuestas por la directiva del equipo y el gobierno regional, jugadores y personal técnico, además de la mascota Tibu, se movilizaron por las avenidas litoralenses, cuyas aceras estaban plenas de fanáticos de todas las edades, que aguardaron pacientes, no solo el paso de la caravana, sino el ansiado triunfo tiburonero.
De ese triunfo también disfrutó Álvaro Rodríguez. «La vida me regaló este campeonato y me lo estoy vacilando. Sobreviví a la tragedia de Vargas, a un cáncer, al COVID-19 y yo pensaba: ‘No puede ser que no vuelva a ver ganar a mis Tiburones’. Por eso me fui el fin de semana para Barquisimeto. Porque no me perdonaría no vivir en directo tanta felicidad», contó el hombre que disfrutó con pasión los triunfos de «La Guerrilla» entre 1983 y 1986.
Rodríguez explica que estos últimos días revivió la alegría de su fanatismo con creces: logró cargar la copa de la liga, se hizo una nueva foto con Oswaldo Guillén, acompañó al equipo desde el estado Lara y se sumó a la caravana que terminó en el Paseo La Marina, con un concierto que se extendió hasta la madrugada.
«Mis nietos son guairistas por mí. Y nunca habían vivido un triunfo. Agradezco a Guillén y a los jugadores que me dieron la oportunidad de vivir esta experiencia nuevamente y ahora con ellos».
¡Lo hicieron! Tiburones rompió la sequía y es campeón de la LVBP
Por quienes no están
Por la tarima de un colapsado Paseo La Marina, por la cantidad de vehículos y de fanáticos, pasaron talentos locales, nacionales e internacionales: Sixto Rein, Afro Criollo, Aran One, Erick Franchesky y hasta Pablo Montero, todos les cantaron a los guairistas.
La alegría también sirvió para recordar a quienes ya no están en el plano terrenal. Hubo aplausos y lágrimas por Pedro Padrón Panza y por Peruchito, el sucesor, Pedro Antonio Padrón Briñez. Sonrisas y recuerdos por «Musiú» Lacavalerie, emblemática voz del circuito radial, y por los jugadores Gustavo Polidor y Carlos «Café» Martínez.
Mientras, en el público, la gente recordó a los padres y tíos, a los hermanos, primos o amigos que ya no están, para celebrar el triunfo.

Entre ellos, Elías Homsy, quien honró con su presencia a su hermano José Miguel, que el 29 de enero cumplía 4 años de fallecido.
«Tanto tiempo apoyando, tanto tiempo perdiendo como equipo, que verlos ganar y quedar campeones es una mezcla de emociones que no se comparan. Y el plus más importante es seguir el legado que dejó José Miguel, él era el verdadero fanático en casa", dice mientras hace memoria sobre la cantidad de camisas y gorras que atesoraba su hermano mayor.
“Ver a Tiburones campeones y no poder disfrutarlo con él es el único sabor amargo, pero yo sé que desde dónde está celebra. Ver quedar campeón a Tiburones de La Guaira superó todas las expectativas que tenía, de como lo íbamos a disfrutar. Me quedé corto con la algarabía que se está viviendo».
El triunfo de Tiburones de La Guaira en la campaña 2023-2024 queda para la posteridad. No solo porque pone fin a la sequía de títulos de la novena y a las leyendas de maldiciones eternas, sino que convirtió la fecha de su triunfo en una celebración regional, pues, por decisión del gobernador José Alejandro Terán, cada 28 de enero se celebrará el Día del Fanático Guairista en la entidad costera.
Otra fecha que unirá a Denisse Pérez, Álvaro Rodríguez, Víctor Julio Contreras y Elías Homsy con los seguidores del equipo guaireño, la fanaticada más alegre y leal en la historia del beisbol venezolano. La que espero 37 años para celebrar el triunfo.
