Roberto camina cabizbajo sobre el lodo. Sus pies se hunden en el pantano, pero no le importa, nada puede superar lo vivido el sábado 8 de octubre en la noche. Ese día estuvo en el mismo lugar comprando hortalizas. Allí funcionaba el mercado municipal de Las Tejerías. Hoy solo quedan ruinas de ese lugar.
“Nunca pensamos vivir una tragedia de esta magnitud. Fue duro ver cómo el río acababa con años de trabajo y, peor aún, con la vida de nuestros vecinos. El agua bajaba con fuerza del cerro, veíamos a muchas personas que eran arrastradas por la corriente y no pudimos salvarlas. Esas imágenes nunca se borrarán de mi mente", contó Roberto a El Pitazo el 10 de octubre.
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La familia de Roberto logró sobrevivir a la tragedia. La vivienda donde vive con sus padres y hermanos no sufrió mayores daños, solo se inundó y se llenó parcialmente de lodo. Pero uno de sus mejores amigos no corrió con la misma suerte. Para el momento de la entrevista formaba parte de la lista de los más de 50 desaparecidos que dejó el deslave ocurrido en Las Tejerías, estado Aragua.
“Él trabajaba en el mercado y suponemos que al momento de la crecida de la quebrada estaba en su local. Dos horas antes de que todo comenzara estuvimos hablando y me contó que estaba contento porque su esposa estaba embarazada", comentó con pesar.
“Salvé a mi mamá y a mis hijos"
Nerlin Serrano también vivió de cerca la tragedia. Ese día sacó todas sus fuerzas para salvar a sus dos niños y a su mamá de 68 años. “El río comenzó a crecer de repente y de inmediato me fui a casa de mi mamá y la subí como pude a un cerro, así como a mis dos hijos de cinco y seis años y los puse a salvo a los tres, si no, ahorita estuvieran muertos".

Serrano vivía en el sector El Libertador del barrio El Beisbol. Esa comunidad fue una de las más afectadas con el deslave que hasta ahora ha dejado la cifra oficial de 36 fallecidos. “Yo perdí mi casa totalmente, porque se vino abajo, y mi mamá también. Por los momentos estamos viviendo en casa de una cuñada", indicó.
“Sentimos el dolor ajeno"
María Mellado también vive en Las Tejerías y aunque su familia está bien, ella siente que una parte de su corazón está desgarrada: “Lo ocurrido nos afecta a todos porque somos humanos y sentimos el dolor ajeno".
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“Yo estaba en mi casa cuando comenzó a bajar el agua y un cerro se vino abajo. Rápidamente mi residencia se llenó de lodo. Sentí desesperación, porque mi niña estaba allí, pero afortunadamente no nos ocurrió nada. Luego me enteré de que vecinos y amigos cercanos habían muerto", señaló.

Mellado contó que el agua arrasó con una iglesia donde estaba orando un grupo evangélico. “El pastor y la pastora están desaparecidos y todos los feligreses que los acompañaban en ese momento. También había una fiesta infantil cerca de esa iglesia y el río se llevó todo. A la gente no le dio tiempo de nada, porque todo fue muy repentino", señaló.
