
Maracay.- Lo primero que se percibe al entrar a la Casa Hogar Monseñor Feliciano González de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca, ubicada en La Cooperativa, Maracay, es el humo que emana de uno de los patios. Allí dos voluntarias preparan a leña las comidas del día en dos enormes calderos, negros de tanto llevar candela.
No lo hacen por gusto. Desde hace tres meses no tienen gas doméstico y deben cocinar los alimentos con troncos y ramas secas que recogen en los alrededores de la casa hogar.
«¿Cómo les dices a estos muchachos que no hay comida? A ellos no se les puedes decir que no hay gas para cocinar», dijo a El Pitazo el hermano Jhonny Manzanares al referirse a los pacientes con enfermedades mentales y psiquiátricas, que viven allí.
En la actualidad la casa hogar alberga a 28 personas, de ellos solo uno es menor de edad. Los demás son adultos y tienen años bajo el resguardo de los hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca.
Con la pandemia decretada por el COVID-19 vino la escasez de gas que los obligó a buscar leña en la zona. «Hemos ido hasta el hotel Maracay a ver si conseguimos palos y pedazos de árboles secos», agregó.
La rutina del centro ha variado desde entonces. Dos voluntarias cocinan en dos turnos: una se encarga del desayuno y el almuerzo, mientras que otra, en la tarde, prepara la cena. Una de ellas comentó que cocinar a leña significa más tiempo expuestas al calor y al humo. Además del malestar diario en la garganta, estar de pie les afecta la espalda y las rodillas.

En Venezuela, los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca administran cinco casas. En Aragua hay tres, una en Maracay y dos en La Victoria; las otras están en Los Teques y Mérida.
El hermano Jhonny comentó que viven prácticamente de la caridad de la gente que les lleva alimentos y medicamentos. Explicó que de los internos de Maracay solo cinco tienen familia, los demás fueron rescatados de la calle.
Mientras se prepara el almuerzo los pacientes viven su mundo. En un amplio corredor están sentados. Apenas se percatan del humo que sale de los fogones.
En la Casa Hogar Monseñor Feliciano González no ha faltado un plato caliente, a pesar de la escasez de gas.

CASA HOGAR EN LARA SE QUEDA SIN ALIMENTOS DURANTE LA CUARENTENA
DÉJANOS TU COMENTARIO