Adalyn Valeria Castellano Estaba, de dos años de edad, sobrevivió al choque en el que perdieron la vida sus padres Jordan José Castellano Castillo (26 años) y Cinthia Ninoska Estaba Rojas (24 años).
Los jóvenes venezolanos iban en el autobús que volcó en el kilómetro 171.5 de la carretera Panamericana de Nicaragua, la noche del miércoles 27 de julio. Recorrían Centroamérica en carretera, intentando llegar a Estados Unidos.
Desde Ciudad Ojeda, estado Zulia, la familia de Adalyn pide ayuda al gobierno venezolano, panameño y nicaragüense para reencontrarse con ella porque no cuenta con los medios para viajar a su encuentro.
“Ninguno de nosotros tiene pasaporte, eso es lo que nos tiene retenidos en Venezuela. Nuestra mayor preocupación es la niña, queremos recuperarla rápido”, expresa Juliannys Castellano, hermana de Jordan.
Las autoridades nicaragüenses exigen el certificado de nacimiento apostillado de la bebé, que es panameña. “Lo único que pedimos al presidente Nicolás Maduro es que nos ayude para que podamos traer la niña a Venezuela”, manifiesta.
Juliannys también pide asistencia del Estado venezolano para repatriar a los 15 venezolanos que murieron en el choque, entre ellos los de su hermano y cuñada.
Jordan Castellano, de camisa negra, junto a sus hermanas.
Jordan tomó la decisión de salir de Venezuela a Panamá, en 2017. Pero la actual inestabilidad económica, que ha llevado a ese país al borde de un estallido social, lo obligaron a emprender una nueva travesía junto a su familia.
“Mi hermano decide irse con mi cuñada y la bebé debido a que la situación en Panamá también está difícil. Había sufrido un robo, en el que casi pierde la vida y le quitaron todos sus documentos. Como no tenía cómo reunir el dinero para poder sacar la documentación decidió irse a Estados Unidos con su esposa y su hija. Salieron el lunes 25 de julio”, cuenta Juliannys.
Lograron atravesar Costa Rica, pero no salieron con vida de Nicaragua: “La última conexión que tuvimos con él fue el miércoles, a las 10:30 de la noche, hora Venezuela, y a los 20 minutos nos llaman y nos dice que mi hermano falleció, que el autobús se había volcado debido a que había perdido los frenos por exceso de velocidad del chofer. Los pasajeros le gritaban al chofer y le pedían que no fuera tan rápido y no prestaba atención”.
Un amigo de la infancia, quien sobrevivió al accidente, fue quien dio la noticia a la familia.
Juliannys describe a su hermano como un hombre honesto y responsable: “Mi hermano siempre fue un joven trabajador, su padre falleció a temprana edad y él quedó a cargo de sus cuatro hermanas y de mi mamá, solo pudo estudiar hasta bachillerato, se dedicaba al comercio de alimentos, traía mercancía de Colombia”.
Cinthia también era venezolana, de Nueva Esparta: «La recuerdo como una muchacha responsable, buena madre, buena hija. Era muy responsable y alegre».
Adalyn Valeria Castellano Estaba, de dos años de edad, está bajo custodia de las autoridades nicaragüenses en Managua y su familia espera reencontrarse pronto con ella.
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Adalyn Valeria Castellano Estaba, de dos años de edad, sobrevivió al choque en el que perdieron la vida sus padres Jordan José Castellano Castillo (26 años) y Cinthia Ninoska Estaba Rojas (24 años).
Los jóvenes venezolanos iban en el autobús que volcó en el kilómetro 171.5 de la carretera Panamericana de Nicaragua, la noche del miércoles 27 de julio. Recorrían Centroamérica en carretera, intentando llegar a Estados Unidos.
Desde Ciudad Ojeda, estado Zulia, la familia de Adalyn pide ayuda al gobierno venezolano, panameño y nicaragüense para reencontrarse con ella porque no cuenta con los medios para viajar a su encuentro.
“Ninguno de nosotros tiene pasaporte, eso es lo que nos tiene retenidos en Venezuela. Nuestra mayor preocupación es la niña, queremos recuperarla rápido”, expresa Juliannys Castellano, hermana de Jordan.
Las autoridades nicaragüenses exigen el certificado de nacimiento apostillado de la bebé, que es panameña. “Lo único que pedimos al presidente Nicolás Maduro es que nos ayude para que podamos traer la niña a Venezuela”, manifiesta.
Juliannys también pide asistencia del Estado venezolano para repatriar a los 15 venezolanos que murieron en el choque, entre ellos los de su hermano y cuñada.
Jordan Castellano, de camisa negra, junto a sus hermanas.
Jordan tomó la decisión de salir de Venezuela a Panamá, en 2017. Pero la actual inestabilidad económica, que ha llevado a ese país al borde de un estallido social, lo obligaron a emprender una nueva travesía junto a su familia.
“Mi hermano decide irse con mi cuñada y la bebé debido a que la situación en Panamá también está difícil. Había sufrido un robo, en el que casi pierde la vida y le quitaron todos sus documentos. Como no tenía cómo reunir el dinero para poder sacar la documentación decidió irse a Estados Unidos con su esposa y su hija. Salieron el lunes 25 de julio”, cuenta Juliannys.
Lograron atravesar Costa Rica, pero no salieron con vida de Nicaragua: “La última conexión que tuvimos con él fue el miércoles, a las 10:30 de la noche, hora Venezuela, y a los 20 minutos nos llaman y nos dice que mi hermano falleció, que el autobús se había volcado debido a que había perdido los frenos por exceso de velocidad del chofer. Los pasajeros le gritaban al chofer y le pedían que no fuera tan rápido y no prestaba atención”.
Un amigo de la infancia, quien sobrevivió al accidente, fue quien dio la noticia a la familia.
Juliannys describe a su hermano como un hombre honesto y responsable: “Mi hermano siempre fue un joven trabajador, su padre falleció a temprana edad y él quedó a cargo de sus cuatro hermanas y de mi mamá, solo pudo estudiar hasta bachillerato, se dedicaba al comercio de alimentos, traía mercancía de Colombia”.
Cinthia también era venezolana, de Nueva Esparta: «La recuerdo como una muchacha responsable, buena madre, buena hija. Era muy responsable y alegre».
Adalyn Valeria Castellano Estaba, de dos años de edad, está bajo custodia de las autoridades nicaragüenses en Managua y su familia espera reencontrarse pronto con ella.